lunes, 9 de julio de 2007

Ascensión a la Peña Montañesa (2.291 m): mixto de media y alta montaña

Ubicación: Prepirineo oscense
Dificultad: Fácil
Altitud: 2291 metros
Desnivel: Unos 1350 metros desde el Plano, unos 1250 desde el último punto de carretera.
Tipo de ascensión: Estival
Meteorología: Calor y sol de justicia durante toda la ascensión.

El pasado Sábado 7, del 7 del 2007, San Fermín, ascendimos a la Peña Montañesa, un casi 2.300 mezcla de alta y media montaña. Salimos el Viernes con los coches a una aldea llamada El Plano casi a los piés de la Peña cerca de Ainsa en la provincia de Huesca para reunirnos con el grupo de Vall d'Hebron, unas 14 o 15 personas que cada año se reúnen para hacer una cima concreta.. de gente que no conocía pero que daba gusto ir a la montaña con ellos, por su esperiencia y tranquilidad.





La Peña no es muy alta y muy pocos montañeros de verdad la considerarían una ascensión de alta montaña en verano. Es cierto que la mayoría de sus tramos se pueden considerar de media montaña, y de hecho tiene un carácter boscoso, arbústeo y rocoso que recuerda a macizos típicos de media montaña como Montserrat o la Serra Tramontana. Pero el desnivel es brutal... desde El Plano unos 1.350 metros y estábamos tan cerca de la ladera en línea recta que esta nos tapaba la cima y apenas veíamos un desnivel de mil metros, pero por el lado de Ainsa la visión de la peña es impresionante, emergiendo desde casi los 800 metros de los valles hasta los 2.300 metros, con mucha verticalidad por casi todas sus caras.

Decidimos salir del Plano andando y no hacer el útlimo tramo de carretera en coche lo cuál fué un error porqué nos hubiéramos ahorrado unos 100 metros de desnivel y una preciosa hora de andar bajo el sol de justicia.

Una vez superado el tramo de carretera tomamos el camino de ascensión completamente señalizado por mojones de piedra y que sale casi al lado de una ermita. El camino encauza la ladera sur directa desde el Plano y va ascendiendo hasta alcanzar cierta altura a través de unos tramos de bosque, pequeñas tarteras, algunas zonas más despejadas y arbustosas hasta llegar a una enorme repisa, anchísima e inclinada donde apenas había un sólo arbol y por donde comienza una ascensión algo más directa. Esa repisa termina en unas paredes y una cascada que marca un poco la mitad de la ascensión y el cambio del entorno y la vegetación. Allí es donde se hace la primera parada seria del día (hasta entonces yo al menos había salvado 700 metros casi del tirón, con un pequeño parón a los 500 metros), parada en la que no me estoy mucho rato y decido dejar el grupo atrás y tirar para arriba yo sólo. El camino era bueno, estaba más o menos bien de fuerza y no tenía muchas ganas de enganchar la subida a las 14:00h cuando el sol y el calor son de lo más insoportable.

Seguí por el camino que bordea las paredes por un lateral que se acerca a un cortante a la izquierda, una pequeña ascensión entre rocas donde no había ni que poner las manos y ya el camino lleva por encima de la pared a unos enormes prados que ya tienen visos de algo distinto a la media montaña. Aún el entorno es “amigable” al estilo de las cimas de media montaña, con calor y sol y buen terreno que pisar. En esos prados no se divisa aún la cima de la Peña Montañesa, pero sí la de la segunda cima más alta del pequeño macizo, casi igual de alta, la Tuca, que se tiene mucho más a mano pero por una vía más empinada y posiblemente más complicada. Avanzando por ese prado se llega a un punto en el que el camino se desvía a la derecha para subir y continúa recto para bajar. Aquí yo seguí recto, aunque bajara y que hubiera una pequeña destrepada que requería poner la mano (muy fácil) sin problemas en la cuál entre pequeños saltitos entre rocas y un camino serpenteante se pierden unos 50 metros era el que me acercaba a la ladera de la Peña. Atrás algunos compañeros se toparon con el camino y decidieron ir hacia arriba hasta percatarse del error. Ese día casi todos tiraríamos en algún momento por donde no tocaba.

El camino de bajada se aproximaba a un entorno ya más de alta montaña, pasaba horizontalmente tarteras en unas canales que tenían cierta sensación de altura, donde a pesar de mi miedo a las alturas pasé solo (y aún sin saber si detrás mío había alguien o no.. porqué ya hacía hora y pico que había dejado al grupo en la cascada y no había visto a nadie). Cuando termino de pasar las canales y llego al inicio de la ladera suroeste de la Peña, Javi me alcanzó, detrás venían tan sólo dos más ya que el grueso del grupo venía más disperso o bien se había perdido en la ladera de la Tuca.

Después de comer, descansar (sobretodo los primeros), iniciamos el descenso en tres líneas, unos querían tomar la cresta hacia el este y descender una de las enormes tarteras hasta el camino que las recorría por la canal, otros tomaron una especie de camino que enganchaba la tartera dificultosa de bajada por un punto más bajo (pero que esponía más hacia la zona de más inclinación) y la mayoría descendimos por la vía más obvia a través de la zona de menos pendiente de la tartera. Aquí acertaron los dos primeros grupos, el primero para los más avezados les llevó a bajar 300 metros por buena tartera por la que se puede hundir, el segundo descendió casi 100 o 150 metros por esa buena tartera, y el resto tuvimos que enfrentarnos a una tartera en descenso sin camino, que no te hundías pero sí te resvalabas, hubo algunos que tuvieron resvalones (sin consecuencias, más que alguna culada) y yo en algunos puntos para bajar el punto de gravedad decidí bajarlos con el culo pegado al suelo para evitar resvalones innecesarios. Más que “técnica” la tartera era trabajosa.

El resto del descenso no fué más que retomar el camino que no tenía ningún punto complicado y escepto algún atajo que no fué lo que tocaba ser se llegó bastante bien a la carretera y de ahí al bar un paseo.

Un buen entrenamiento para pasar calor de cara al Agosto y lo que queremos hacer, y también me permitió conocer la gente del Vall d'Hebron que se quieren la montaña, gente bastante maja con la cuál si puedo, el año que viene seguro que me sumo a su propuesta.
Clica la imágen para ver la ruta con detalle:

miércoles, 4 de julio de 2007

Ascensión al Cim de la Coma del Clot (2726 metros) y Torreneules (2711 metros)

Ubicación: Pirineo catalán oriental, vall de Núria
Dificultad: Sin Dificultad
Altitud: 2726 metros (Cim de la Coma del Clot), 2711 metros (Torreneules)
Desnivel: Unos 600 metros desde el refugio de Pic de l'Àliga, 750 metros el acumulado.
Tipo de ascensión: Estival
Meteorología: Alternancia de viento y lluvia con tiempo soleado, lluvia muy fina, viento algo racheado, nubes todo el tiempo.

El Torreneules era uno de los pocos ya que tenía pendiente de la Vall de Núria, uno de los picos cuyas vistas son las más espectaculares al estar algo apartado de los de la olla de Núria y tener las valles de Coma de Vaca, las del río Núria y ya al fondo el vall de Ribes casi a los pies de esa cima. Aprovechando uno de esos domingos tontos Bruno, Juanca y yo nos lanzamos en el tren borreguero a Puigcerdà que sale a las 07:10 desde Fabra i Puig. Como dijo Bruno, casi parecía una expedición y no una ascensión: metro, tren, autobús lanzadera (ya que el tren entre Ripoll y Ribes no funciona), cremallera de Ribas a Núria y ya en el monasterio subimos en telecabina al albergue del Pic de l'Àliga (2.150m), donde iniciamos la ascensión.


Al principio se avanza por un camino que va llaneando por un lateral del Pic de l'Àliga acercándonos a un valle que separa las estribaciones del Coma del Clot con las del Àliga. Hasta llegar a un río de montaña que se encuentra en las confluencias de las lomas del Coma del Clot y del Àliga el camino casi no gana altura. En este punto decidimos tirar por lo más empinado (de hecho es a mí, que en ausencia de Javi, se me ocurre este tipo de ideas felices) para lanzarnos a alcanzar la “cresta” oeste del Coma del Clot, o mejor dicho la zona de mayor altura de la loma. Al principio los músculos se quejan y como siempre, pierdo el fuelle y el ritmo de ascensión quedándome atrás... pero casi del tirón ascendemos unos 400 metros de desnivel a un ritmo más que aceptable y nos colgamos en el collado donde conecta uno de los caminos más “normales” de ascensión al Torreneules y el Coma del Clot.


Es en este punto donde nos damos cuenta que lo que creíamos era el Torreneules no lo era, sinó que era el Coma del Clot, al ver aparecer en el collado algo más al sureste la pirámide preciosa del Torreneules. El error no era grave, en lugar de estar en el coll de Torreneules estábamos en la loma del Coma del Clot y con un camino de unos 1000 metros que nos separaba del collado al que creíamos estar ascendiendo. En lugar de tirar hacia el collado optamos por la ascensión directa al Coma del Clot. A estas alturas ya estaba lloviendo y Bruno temía la caída de rayos que hubiera abortado toda la excursión y nos hubiera obligado a salir huyendo de las lomas y buscar refugio. Por ello la idea de subir a piñón por una vía no normal al Coma del Clot nos pareció a todos la más razonable (a mí porqué quería ir tirando por la vía más directa a todo... no por estar sobrado de fuerzas sinó por no tener ganas de andar mucho rato). La ascensión desde ese falso collado a la cima no tuvo demasiadas complicaciones, poner en algún lugar la mano para acompañar el movimiento y por estar algo suelto el terreno, pero que en sí no era necesario, y en unos 15 minutos hicimos cima. Allí nos pudimos poner a cubierto del viento que era más insidioso que peligroso y las fotos de rigor, algo de comer y en seguida bajamos, esta vez por la loma sur y por el camino que se considera más normal descendimos hacia el coll de Torreneules. En el collado un rato de descanso, fotos en el collado y nos lanzamos a hacer cima al Torreneules.



Aquí como siempre, me quedo atrás, la ascensión fué rápida en un puñado de minutos salvamos los 150 metros de desnivel sin demasiado problema, el tramo final me gustó, roca buena, y con cierta sensación de verticalidad (para nada vertiginoso, pero sí que se percivía la altura y se veía la ascensión como tal, no com en algunas lomas anchas). Una vez en la cima de esa pirámide unos de los mayores barrancos del pirineo, más de 1.500 metros de caída directa hacia los valles (no directa), un mirador más que excelente de otras cimas desde la Fossa del Gegant, al Infern, Bastiments, Gra de Fajol, Balandrau por el lado noereste, este y sureste, el vall de Coma de Vaca y por el lado oeste el Puigmal y toda su cara sur, pic del Segre, Finestrelles, Noufonts, Noucreus ya más hacia al norte y el cim de Coma del Clot justo en la línea norte. Una cima todo lo contrario a la muy llana y anodina del Puigmal. Fotos, más papeo, hacer el indio un rato (ya que íbamos sobrados de tiempo, habíamos subido los dos picos en menos de dos horas, tiempo casi récord) y luego iniciamos el descenso al coll de Torreneules, de allí ya no volvemos a subir el cim de la Coma del clot sinó que tiramos por el camino más claro hacia el falso collado donde habíamos iniciado el ascenso final del coma del clot (en la gráfica de la ruta es la línea marcada como azul) y de allí descendemos de forma más suave resiguiendo la loma, para luego terminar bajando algo más a piñón hacia el punto de confluencia de las lomas del Àliga y del coma del Clot y de allí al albergue.