viernes, 19 de septiembre de 2008

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domingo, 18 de noviembre de 2007

Ascensión al Puig Pedròs (2.914m)

Ubicación: Cerdanya, pirineo oriental catalán
Dificultad:
Fácil
Altitud
: 2.914 metros
Desnivel:
Unos 900 metros
Tipo de ascensión:
Tiempo estival.
Meteorología:
Sol con pocas nubes.

El Puig Pedròs es uno de los 4 gigantes de la Cerdanya, junto al Carlit, Puigmal y la Tossa Plana de Lles, son los 4 picos de más de 2.900 metros del pirineo oriental catalán, y uno de los grandes del pirineo oriental que no había intentado subir. Ya había estado antes en la zona de Malniu, al recorrer toda la olla de los Engorgs, pero el Puig Pedròs lo dejamos hacia el este y no lo subimos.

Esta vez había bastante mono de montaña, Bruno y sus compañeros de la facultad habían organizado la salida y todo un reguero de amigos nos habíamos sumado, en total 11 personas, amigos, amigas, etc.. De los del grupo de siempre, Manu, Bruno, Manolo (por fín en la montaña) y el menda. El resto de compañía muy encantadora y gente con la que seguramente volvamos a subir montañas.

La ascensión no tiene mucha historia, llegada al refugio de Malniu con los coches (hay que pasar por una pista que está, excepto algunos tramos en buenas condiciones, incluso asfaltada los primeros tramos desde Meranges), y de allí seguimos la GR dirección oesta que nos llevaría a los Engorgs y la abandonamos al encontrar un palo señalizador que indica a la derecha (norte) la ascensión directa al Puig Pedròs. Lo hicimos con la calma, subiendo primero unos 300 metros de golpe, y quedándo a nuestra derecha un impresionante circo glaciar, otros 400 metros y nos quedamos en una zona bastante llana y por último el ataque final a la cima, que es algo entretenida ya que son unas enormes rocas que hay que ir salvando (pero poniendo las manos lo justo, no se grimpa).



Desde la cima se pueden contemplar bastantes picos, hacia el oeste la Tossa Plana, al este el macizo del Puigmal, al noreste el Carlit, entre ambos el Canigó, al sur el Cadí y más atrás incluso Montserrat, y muy a mano los Engorgs, Envalira, y la zona de Andorra, una buenas vistas para este balcón de la Cerdanya. Fotos en la cima durante bastante rato y para abajo.

La bajada no tuvo ninguna historia, algo empinada la parte final que obligaba a ir con cuidado pero nada remarcable. Lo mejor, el grupo nuevo que conocimos con el que seguramente volveremos a la montaña.




miércoles, 24 de octubre de 2007

Ascensión a La Mola de St. Llorenç (1.101 m)

Ubicación: Macizo de St. Llorenç (Catalunya)
Dificultad:
Fácil
Altitud
: 1.101 metros
Desnivel:
Unos 500 metros
Tipo de ascensión:
Estival
Meteorología:
Sol con pocas nubes.

Fácil ascensión a la cima del Vallès Occidental. La realizamos 4 que ya la habíamos subido varias veces (Javi, Bruno, Belén o yo mismo) junto a 3 montañeros que aún no la habían ascendido (Jesús, Manu y Elena). La ascensión es más parecida a una excursión dominical familiar y de hecho es una clásica para la gente del entorno ya que en la cima se encuentra un restaurante-museo en lo que era un antiguo monasterio.


Ascendimos por una vía lateral al clásico camino de los monjes tomando una canal pero a mitad de camino nos desviamos y volvimos a la vía más transitada. Como siempre y en fin de semana llena de gente.


Lo chulo de esta ascensión son las vistas de la propia montaña, conglomerados, bosques de encinas y pinos típicos del mediterraneo, a lo lejos vistas del pirineo entre algunas nubes, de Collserolla al sureste, Montseny, de Montserrat y de media Catalunya. Y por supuesto la comida en el bar La Mola en plena cima, a pesar de la enorme cola para poder sentarse a comer.


viernes, 31 de agosto de 2007

Ascensión al Jebel Toubkal (4.167 m), expedición al techo del Atlas y del norte del África

Ubicación: Alto Atlas
Dificultad: Fácil
Altitud: 4167 metros
Desnivel: Unos 950 metros en la 2a jornada, 1.500 en la 1a.
Tipo de ascensión: Estival
Meteorología: Sol sin nubes, la 2a jornada la ascensión la hicimos a la sombra ya que se ataca por la cara oeste y hasta media mañana no dá el sol directo a esa cara.

En el viaje a Marruecos en el que nos lanzamos a realizar trékings cortos por el Atlas y alguna que otra ascensión (en el Rift y en el Alto Atlas), el colofón del viaje era la ascenisón al Jebel Toubkal, el pico más alto del Atlas y de todo el Norte de África.

El entorno del Alto Atlas es muy distinto al pirineo, a partir de los 2000 metros no hay casi vegetación, apenas existen esos prados alpinos y los bosques se mantienen sólo en zonas más bajas y hay zonas verdes muy frondosas alrededor de los ríos pero que dejan de serlo a cierta altura. El ambiente es muy nepalí, y no por menos ya que algunas películas que intentaban simular Lhasa o ciudades del Nepal han sido gravadas en pueblos del Alto Atlas.

Fotos de Javi Masclans


La ascensión al Jebel Toubkal la realizamos en dos jornadas y a un estilo espedicionario que no era el acostumbrado. En Imlil contratamos un mulero (y su mula) para subirnos gran parte del agua (aunque se puede comprar en el refugio a 3.300 metros), mochilas y la comida (el mulero luego nos cocinó en el refugio), por un precio más que razonable (después de un duro regateo).

El camino sale de Imlil (1.700m) y hasta los 2.300m. acompaña una ruta de peregrinación hacia un lugar sagrado para el Islam llamado “Roca Blanca” (vedado para los no musulmanes), por ello los primeros tramos los fuimos haciendo acompañados de peregrinos (señoras subidas en mulas, grupos de jóvenes islamistas que al principio confundimos con montañeros, etc...), en una salsa que sólo se consigue en este tipo de lugares. En el punto donde la Roca Blanca se encuentra hay una serie de chiringuitos donde poder parar a tomar algo (luego cerca del refugio, por encima de los 3000 metros también hay un chiringuito). El camino siempre sigue un río que pasa justo por el refugio y lo cruza una vez, siempre ganando altura. Al principio iba detrás de la mula pero lamentablemente para mí, las mulas suben a mucho mejor ritmo que yo.

El entorno como ya dije tiene una pinta de muy alta montaña, y cada vez más a medida que se va adentrando en el largo valle, a nuestro alrededor estamos rodeados de numerosas cimas sin nombre de más de 3000 metros y al fondo el valle donde comienza a verse el refugio. Un enorme refugio de dos edificios principales y muy moderno (excepto los lavabos), con todas las comodidades.

La llegada al refugio del Toubkal (3.300m.) para mí fué de un gran desgaste físico, primero por el desnivel (1500m) y el ritmo (tardamos 4:30h cuando el refugio se tarda en llegar entre 5 y 6h) y segundo por la altura, aunque mis compañeros de ascensión, Manu y Javi, casi se reían yo ya notaba los efectos de la altura, dolor de cabeza leve, mayor agotamiento, etc... Me costó dormir por la falta de oxígeno y tuve que tomar aspirinas. Allí en el refugio estuvimos araganeando toda la tarde noche, conociendo algunos de los que habían ascendido aquél día o los que iban a subir con nosotros al día siguiente. Todos occidentales excepto los guías y muleros que eran marroquíes y eran los que con más soltura se movían en esos lares.

A la mañana siguiente salimos a las 8:00 hora española (6:00 hora local), nos encaminamos hacia el este remontando una tartera por un camino que a veces tenías que intuir. La tartera en sí era buena aunque requería hacerla con cierto cuidado ya que en algunos puntos la piedra de tartera eran bloques grandes de roca. Remontando el camino se llega a una repisa que se encuentra sobre los 3.400 metros y que se adentra en el antiguo lecho del glaciar que descendería desde el propio Toubkal. El camino bordea algunas rocas a unos 3.600 metros en algo que parece una bolera gigantesca, en un punto donde se han acumulado enormes bloques desprendidos de las cimas de alrededor y que han caído por el antiguo lecho glaciar, es ahí donde adelanto al primer grupo de montañeros que había salido antes que nosotros y donde pierdo el contacto definitivamente con Javi y Manu (el camino estaba plagado de otros montañeros y era muy evidente, nadie se podía perder esa jornada). Más adelante el camino deja atrás esas rocas enormes (donde en la bajada hicimos el primer descanso serio de la jornada) y se dirige de forma más o menos directa hacia el este y con una pendiente sostenida al collado del Toubkal (3.950m aprox). En el collado (y antes de llegar a él) se puede ver una infinidad de caminillos que ascienden al Toubkal por su cara oeste, aunque la cima no se vé está muy cerca. También hay un camino que va hacia otro 4000 hacia la izquierda, muy próximo también. En ese punto hablo con un británico que estaba con su guía tomando algo de aire y recuperando fuerzas, atrás ya había dejado al grupo de anglojaponeses y su guía, a una pareja madrileña, un grupo de chavales ingleses, y algún que otro grupito más.

Yo sabía que la gente se encaminaba hacia el Toubkal por el camino de la izquierda, había un regero de gente algo más arriba, pero sin altímetro no tenía referencias de lo que me quedaba y había subido hasta allí sin parar ni un minuto, ni provar un sorbo de agua y necesitaba hacerme una idea más exacta de lo que quedaba y que caminillo escoger entre la míriada que subían. Por suerte el guía de la pareja británica me indicó con señas que camino coger y no tuve que andar un poco de más como le pasó a Manu (que terminó directamente en la cresta), aunque casi cualquier camino que se cogiera de subida era bueno. De allí se bordea la cresta del Toubkal por la izquierda, se alcanza un pequeño antepecho desde el que se ve, por fín, la cima del Toubkal coronada por una especie de pirámide de metal. 10 minutos después por un camino sin dificultad llegué a la cima, en un tiempo récord para mí 2:30h desde el refugio y fantástico para Manu (2:00h) y Javi. Yo allí había perdido ya algo de los peores efectos del mal de altura, boqueaba como nunca (aunque es lo normal para mí en cualquier ascensión), pero no me dolía la cabeza (las aspirinas habían hecho su efecto) y no tenía esa sensación de taquicardia.

Fotos, y salir de allí rápido ya que hacía algo de frío y Manu llevaba parado a más de 4000 metros y pasando frío más de 45 minutos. El descenso fué sencillo, tanto que nos lo tomamos con calma, aunque Javi al principio decidió tirar por otro de los caminillos de bajada, este resulto ser un trozo de tartera muy suelta y engañosa. El descenso fué sencillo pero requería poner los ojos y la atención todo el rato, muchos tramos de terreno donde la grava era muy resvaladiza y otros donde había que triscar como las cabras poniendo un poco las manos entre grandes rocas. Al llegar al final de la bolera a 3.600m. descansamos tal vez la primera vez en toda la ascensión de ese día de forma tranquila. Yo al menos ya me encontraba aclimatado y los efectos del mal de altura del día anterior y de inicios de la jornada estaban desaparecidos, además en las rocas daba un sol muy agradable, tanto que hasta me pegué una pequeña siesta. De allí continuamos descendiendo, cada uno a su ritmo, por la tartera del inicio tuvimos que poner ojos y atención (las rodillas ya estaban debilitadas y yo había perdido un bastón al partírseme en un pequeño resvalón) pero poco a poco llegamos al refugio donde comimos y poco avanzada la tarde ya iniciamos el descenso a Imlil, que no dejaba de ser un pequeño trekking que nos tomamos con cierta tranquilidad.




Reflexión adicional: Después de reflexionar un poco alrededor de algunas cosas que se plantean y se escriben sobre el Toubkal y lo que habíamos encontrado en el refugio pienso que se plantea el Toubkal como una subida fácil. De hecho técnicamente en verano lo és, hay que poner la atención en algunos momentos pero como muchísimas otras montañas del pirineo que algunos considerarían incluso cimas de vaca, pero lo que sí es el Toubkal es exigente físicamente. La dificultad radica en el desnivel realizado de golpe en dos jornadas de 2.400 metros, y la falta de aclimatación a la altura. A partir de los 3.000 metros se pueden comenzar a notar ciertos efectos del mal de altura como dolor de cabeza, náuseas, insomnio, cansancio; y a partir de los 4.000 metros esos efectos son más provables y algo más duros. Aunque es muy difícil que ese mal de altura degenere en algo más grave sí que merma las fuerzas de los montañeros y más si se sigue la vía directa de dos jornadas desde Imlil donde no hay aclimatación. Fué curioso como hasta yo que era el más flojo de mi grupo adelantamos muchísimos otros grupos de montañeros en la ascensión final, donde vimos a mucha gente perdiendo mucho resuello. También en la bajada me crucé con algunos otros grupos mucho menos preparados que habían llegado al refugio pero para nada estaban listos para subir por entre las rocas.

El Toubkal lo puede hacer cualquiera que haga montaña y tenga un cierto fondo y forma física, que se conozca y pueda cuantificar sus fuerzas, pero para nada es la excursión turística que a veces se describe. No es necesaria experiencia alpinista pero sí algo de conocimiento de montaña y del montañismo. Ese día habíamos tenido buen tiempo pero en esa misma semana habían habido tormentas en la zona del Toubkal y siempre cabe esperar las nubes de formación a partir de medio día y es necesario poder subirlo rápidamente, para evitar las tormentas. Aunque sea un 4.000 bastante asequible hay que ir con algo de preparación.

viernes, 3 de agosto de 2007

Vallibierna, un tresmil con una cresta aérea

Ubicación: Pirineo oscense oriental
Dificultad: Fácil superior (cresta aérea I)
Altitud: 3360 metros
Desnivel: Unos 850 metros.
Tipo de ascensión: Estival
Meteorología: Sol con algo de cobertura nubosa al final.

El Vallibierna era un pico que desde esta primavera lo teníamos entre nuestros objetivos para este verano. Para mí era el “mítico” paso del caballo, un 3000 enfrente del Aneto que me merecía (y me sigue mereciendo) bastante respeto.

Entre los “espedicionarios” nos encontrábamos tan solo 3 que ya habíamos hecho algún tresmil (Javi, Bruno y yo) y cuatro que habían pateado muchos dosmiles pero que se estrenaban en los tresmiles (Isa, Jorge, Juanca y Manu), pero para todos era un pico interesante y diferente a los que estamos acostumbrados al pirineo catalán oriental.

Salimos de Barcelona el Viernes a mediodía y nos dirigimos por carretera vía Balaguer hacia la nacional que conecta con el túnel de Vielha... unos pocos kilómetros al sur del túnel cogemos el desvío hacia el pueblo de Aneto y lo dejamos muy atrás y seguimos subiendo por la carretera de montaña... decidimos hacer noche en un albergue en construcción abandonado a unos 2000 metros y de allí sin madrugar al día siguiente nos dirigimos al punto de inicio de la ascensión, en el estany Llauset, una presa y un embalse al que se accede con vehículo a través de la carretera que asciende desde el pueblo de Aneto y que atraviesa un largo y estrambótico túnel a más de 2.200 metros.



Desde el Llauset decidimos coger la ruta por la cabaña de Botornàs, en lugar del collado de Llauset, debido a que el camino es mucho más chulo, lleno de Ibones (lagos) de alta montaña y también que nos evitaría el “paso del caballo” el cuál no teníamos claro si lo haríamos o no, para poder llegar a la cima del Vallibierna. El camino resigue el estany por el lado derecho sin apenas ganar algura casi hasta el inicio del propio estany, pasando por canchales y con un tramo que tiene extrañamente un cable de acero para agarrarse en un punto donde para nada es necesario. De allí el camino comienza a subir altura hacia la derecha encaminándonos a la cabaña de Botornas.. ascendemos unos 100 metros hasta el primer Ivón y remontamos tranquilamente el valle, saltando a tramos entre rocas y camino, rocas que recordaban a los canchales del Mulleras, de allí al segundo Ibon y luego el camino tuerce hacia la izquierda todo el rato ganando altura y adentrándonos por fín en unas rampas donde se comienza a ver la cima del Vallibierna y la rampa final. Seleccionamos la vía de los Ivons Chelats al pasar al lado de un poste indicador (no hay que coger la del collado de Vallibierna que a pesar del nombre te desvía hacia un collado el cuál queda más lejos de la cima) y seguimos ya siguiendo las fitas de piedra en un entorno ligeramente perdedor, vamos atravesando un par de ivones más y dejamos ya un tercero bastante a la derecha, que es el que quedaría justo debajo del propio circo glaciar del Vallibierna.

El camino desde el poste indicador comienza a tener un mayor componente de piedras y canchales, de grandes rocas que hay que ir subiendo, en algunos casos poniendo las manos para poder impulsarnos y en otros intentando buscar la vía con menos complicación, pero siempre andando como a saltos de roca en roca, en otros momentos aparecía durante un momento un pequeño camino que de golpe terminaba en nuevas rocas y así hasta alcanzar una pala a una altura ya respetable (2.800 metros) donde comenzaba una tartera superpisoteada, donde el camino es más que obvio y fácil de seguir, tan sólo, mucha pendiente. Como no, los diferentes ritmos de ascensión habían roto el grupo varias veces y ya decidimos compactarlo nuevamente al inicio de la tartera. No ascendíamos muy rápido ya que ni Manu, ni Javi, ni Juanca, ni Bruno me sacaban mucha ventaja, unos 2-3 minutos, cuando lo normal era bastante más. Atrás quedaba mi hermana con Jorge, que me alcanzó en el tramo final de la tartera.

Al final de esta pala se llega a una antecima llamada Cota Vallibierna Este, el inicio de una cresta muy aérea y algo larga (más o menos unos 150 metros) que lleva a la cima. Aquí es donde las percepciones juegan malas pasadas y discrepancias. Es una cresta con mucho patio a banda y banda y que casi siempre va por el filo o bien algo escorada a la derecha, siempre con patio expuesto. A toda “la expedición” le pareció una arista bastante angustiosa, todos pasamos algo de miedo, tanto mi hermana como yo (que es lo habitual en cualquier paso mínimamente expuesto), como el resto. Por tanto.. impresión, impresión, daba. De hecho, en la antecima había gente que o bien había avanzado los primeros 30 metros que parecía algo más fácil y luego había retrocedido por no verlo del todo claro, o gente que simplemente le había parecido demasiado para su gusto.

Lo más objetivo que puedo ser con esa cresta es que era bastante expuesta, no era complicada de pasar, tan sólo en algún pequeño punto había que estirarse un poco, cubriendo con las manos el paso (y basicamente era por coger la cresta en un punto algo más abajo cosa que hacía bastante gente ya que se veía la traza), pero cuando Juanca resbaló un pié y tiró una piedra al abismo, esta no paró hasta el fondo del valle, es decir un resbalón serio era caída mortal segura. Técnicamente no tiene nada y para los avezados eso no es ni significativo, para los montañeros dummyes una recomendación: la cresta se pasa, cualquiera la pasa, poniendo mil ojos y confiando en uno mismo, y echándole algo de valor. Las fotos también hablan por si solas.

Después de pasar la cresta cada uno con la mejor fuerza de ánimo se alcanza la cima, 3067 metros, que tiene una pequeña fita de piedras que marca la cima y una caja donde guardar un libro de firmas. Desde allí se divisa la proxima cima del Culebras y casi a tocar el famoso paso del “caballo”. Paso que no nos atrevimos ni a intentar, de hecho ni nos acercamos a él ya que para llegar al punto donde es necesario encabalgarse a la piedra había que hacer una pequeña destrepada que parecía expuesta. Aunque esa mañana bastantes la cruzaron, el ánimo no estaba por la labor, ya el pasar la cresta y llegar allí arriba suponía un punto más para muchos en lo que habíamos sido capaces de hacer respecto a crestas aéreas con anterioridad. Supongo que en una segunda ascensión ya sabiendo que podemos pasar la cresta alguno lo intentaría, pero ese día no había ganas.

La vuelta no tiene más.. justo por donde se había pasado, la cresta aérea nuevamente, con algo de aprensión y luego para abajo por la tartera, alcanzar los ivones chelats y de allí a los ivones del valle y al estany de Llanòs.

lunes, 9 de julio de 2007

Ascensión a la Peña Montañesa (2.291 m): mixto de media y alta montaña

Ubicación: Prepirineo oscense
Dificultad: Fácil
Altitud: 2291 metros
Desnivel: Unos 1350 metros desde el Plano, unos 1250 desde el último punto de carretera.
Tipo de ascensión: Estival
Meteorología: Calor y sol de justicia durante toda la ascensión.

El pasado Sábado 7, del 7 del 2007, San Fermín, ascendimos a la Peña Montañesa, un casi 2.300 mezcla de alta y media montaña. Salimos el Viernes con los coches a una aldea llamada El Plano casi a los piés de la Peña cerca de Ainsa en la provincia de Huesca para reunirnos con el grupo de Vall d'Hebron, unas 14 o 15 personas que cada año se reúnen para hacer una cima concreta.. de gente que no conocía pero que daba gusto ir a la montaña con ellos, por su esperiencia y tranquilidad.





La Peña no es muy alta y muy pocos montañeros de verdad la considerarían una ascensión de alta montaña en verano. Es cierto que la mayoría de sus tramos se pueden considerar de media montaña, y de hecho tiene un carácter boscoso, arbústeo y rocoso que recuerda a macizos típicos de media montaña como Montserrat o la Serra Tramontana. Pero el desnivel es brutal... desde El Plano unos 1.350 metros y estábamos tan cerca de la ladera en línea recta que esta nos tapaba la cima y apenas veíamos un desnivel de mil metros, pero por el lado de Ainsa la visión de la peña es impresionante, emergiendo desde casi los 800 metros de los valles hasta los 2.300 metros, con mucha verticalidad por casi todas sus caras.

Decidimos salir del Plano andando y no hacer el útlimo tramo de carretera en coche lo cuál fué un error porqué nos hubiéramos ahorrado unos 100 metros de desnivel y una preciosa hora de andar bajo el sol de justicia.

Una vez superado el tramo de carretera tomamos el camino de ascensión completamente señalizado por mojones de piedra y que sale casi al lado de una ermita. El camino encauza la ladera sur directa desde el Plano y va ascendiendo hasta alcanzar cierta altura a través de unos tramos de bosque, pequeñas tarteras, algunas zonas más despejadas y arbustosas hasta llegar a una enorme repisa, anchísima e inclinada donde apenas había un sólo arbol y por donde comienza una ascensión algo más directa. Esa repisa termina en unas paredes y una cascada que marca un poco la mitad de la ascensión y el cambio del entorno y la vegetación. Allí es donde se hace la primera parada seria del día (hasta entonces yo al menos había salvado 700 metros casi del tirón, con un pequeño parón a los 500 metros), parada en la que no me estoy mucho rato y decido dejar el grupo atrás y tirar para arriba yo sólo. El camino era bueno, estaba más o menos bien de fuerza y no tenía muchas ganas de enganchar la subida a las 14:00h cuando el sol y el calor son de lo más insoportable.

Seguí por el camino que bordea las paredes por un lateral que se acerca a un cortante a la izquierda, una pequeña ascensión entre rocas donde no había ni que poner las manos y ya el camino lleva por encima de la pared a unos enormes prados que ya tienen visos de algo distinto a la media montaña. Aún el entorno es “amigable” al estilo de las cimas de media montaña, con calor y sol y buen terreno que pisar. En esos prados no se divisa aún la cima de la Peña Montañesa, pero sí la de la segunda cima más alta del pequeño macizo, casi igual de alta, la Tuca, que se tiene mucho más a mano pero por una vía más empinada y posiblemente más complicada. Avanzando por ese prado se llega a un punto en el que el camino se desvía a la derecha para subir y continúa recto para bajar. Aquí yo seguí recto, aunque bajara y que hubiera una pequeña destrepada que requería poner la mano (muy fácil) sin problemas en la cuál entre pequeños saltitos entre rocas y un camino serpenteante se pierden unos 50 metros era el que me acercaba a la ladera de la Peña. Atrás algunos compañeros se toparon con el camino y decidieron ir hacia arriba hasta percatarse del error. Ese día casi todos tiraríamos en algún momento por donde no tocaba.

El camino de bajada se aproximaba a un entorno ya más de alta montaña, pasaba horizontalmente tarteras en unas canales que tenían cierta sensación de altura, donde a pesar de mi miedo a las alturas pasé solo (y aún sin saber si detrás mío había alguien o no.. porqué ya hacía hora y pico que había dejado al grupo en la cascada y no había visto a nadie). Cuando termino de pasar las canales y llego al inicio de la ladera suroeste de la Peña, Javi me alcanzó, detrás venían tan sólo dos más ya que el grueso del grupo venía más disperso o bien se había perdido en la ladera de la Tuca.

Después de comer, descansar (sobretodo los primeros), iniciamos el descenso en tres líneas, unos querían tomar la cresta hacia el este y descender una de las enormes tarteras hasta el camino que las recorría por la canal, otros tomaron una especie de camino que enganchaba la tartera dificultosa de bajada por un punto más bajo (pero que esponía más hacia la zona de más inclinación) y la mayoría descendimos por la vía más obvia a través de la zona de menos pendiente de la tartera. Aquí acertaron los dos primeros grupos, el primero para los más avezados les llevó a bajar 300 metros por buena tartera por la que se puede hundir, el segundo descendió casi 100 o 150 metros por esa buena tartera, y el resto tuvimos que enfrentarnos a una tartera en descenso sin camino, que no te hundías pero sí te resvalabas, hubo algunos que tuvieron resvalones (sin consecuencias, más que alguna culada) y yo en algunos puntos para bajar el punto de gravedad decidí bajarlos con el culo pegado al suelo para evitar resvalones innecesarios. Más que “técnica” la tartera era trabajosa.

El resto del descenso no fué más que retomar el camino que no tenía ningún punto complicado y escepto algún atajo que no fué lo que tocaba ser se llegó bastante bien a la carretera y de ahí al bar un paseo.

Un buen entrenamiento para pasar calor de cara al Agosto y lo que queremos hacer, y también me permitió conocer la gente del Vall d'Hebron que se quieren la montaña, gente bastante maja con la cuál si puedo, el año que viene seguro que me sumo a su propuesta.
Clica la imágen para ver la ruta con detalle:

miércoles, 4 de julio de 2007

Ascensión al Cim de la Coma del Clot (2726 metros) y Torreneules (2711 metros)

Ubicación: Pirineo catalán oriental, vall de Núria
Dificultad: Sin Dificultad
Altitud: 2726 metros (Cim de la Coma del Clot), 2711 metros (Torreneules)
Desnivel: Unos 600 metros desde el refugio de Pic de l'Àliga, 750 metros el acumulado.
Tipo de ascensión: Estival
Meteorología: Alternancia de viento y lluvia con tiempo soleado, lluvia muy fina, viento algo racheado, nubes todo el tiempo.

El Torreneules era uno de los pocos ya que tenía pendiente de la Vall de Núria, uno de los picos cuyas vistas son las más espectaculares al estar algo apartado de los de la olla de Núria y tener las valles de Coma de Vaca, las del río Núria y ya al fondo el vall de Ribes casi a los pies de esa cima. Aprovechando uno de esos domingos tontos Bruno, Juanca y yo nos lanzamos en el tren borreguero a Puigcerdà que sale a las 07:10 desde Fabra i Puig. Como dijo Bruno, casi parecía una expedición y no una ascensión: metro, tren, autobús lanzadera (ya que el tren entre Ripoll y Ribes no funciona), cremallera de Ribas a Núria y ya en el monasterio subimos en telecabina al albergue del Pic de l'Àliga (2.150m), donde iniciamos la ascensión.


Al principio se avanza por un camino que va llaneando por un lateral del Pic de l'Àliga acercándonos a un valle que separa las estribaciones del Coma del Clot con las del Àliga. Hasta llegar a un río de montaña que se encuentra en las confluencias de las lomas del Coma del Clot y del Àliga el camino casi no gana altura. En este punto decidimos tirar por lo más empinado (de hecho es a mí, que en ausencia de Javi, se me ocurre este tipo de ideas felices) para lanzarnos a alcanzar la “cresta” oeste del Coma del Clot, o mejor dicho la zona de mayor altura de la loma. Al principio los músculos se quejan y como siempre, pierdo el fuelle y el ritmo de ascensión quedándome atrás... pero casi del tirón ascendemos unos 400 metros de desnivel a un ritmo más que aceptable y nos colgamos en el collado donde conecta uno de los caminos más “normales” de ascensión al Torreneules y el Coma del Clot.


Es en este punto donde nos damos cuenta que lo que creíamos era el Torreneules no lo era, sinó que era el Coma del Clot, al ver aparecer en el collado algo más al sureste la pirámide preciosa del Torreneules. El error no era grave, en lugar de estar en el coll de Torreneules estábamos en la loma del Coma del Clot y con un camino de unos 1000 metros que nos separaba del collado al que creíamos estar ascendiendo. En lugar de tirar hacia el collado optamos por la ascensión directa al Coma del Clot. A estas alturas ya estaba lloviendo y Bruno temía la caída de rayos que hubiera abortado toda la excursión y nos hubiera obligado a salir huyendo de las lomas y buscar refugio. Por ello la idea de subir a piñón por una vía no normal al Coma del Clot nos pareció a todos la más razonable (a mí porqué quería ir tirando por la vía más directa a todo... no por estar sobrado de fuerzas sinó por no tener ganas de andar mucho rato). La ascensión desde ese falso collado a la cima no tuvo demasiadas complicaciones, poner en algún lugar la mano para acompañar el movimiento y por estar algo suelto el terreno, pero que en sí no era necesario, y en unos 15 minutos hicimos cima. Allí nos pudimos poner a cubierto del viento que era más insidioso que peligroso y las fotos de rigor, algo de comer y en seguida bajamos, esta vez por la loma sur y por el camino que se considera más normal descendimos hacia el coll de Torreneules. En el collado un rato de descanso, fotos en el collado y nos lanzamos a hacer cima al Torreneules.



Aquí como siempre, me quedo atrás, la ascensión fué rápida en un puñado de minutos salvamos los 150 metros de desnivel sin demasiado problema, el tramo final me gustó, roca buena, y con cierta sensación de verticalidad (para nada vertiginoso, pero sí que se percivía la altura y se veía la ascensión como tal, no com en algunas lomas anchas). Una vez en la cima de esa pirámide unos de los mayores barrancos del pirineo, más de 1.500 metros de caída directa hacia los valles (no directa), un mirador más que excelente de otras cimas desde la Fossa del Gegant, al Infern, Bastiments, Gra de Fajol, Balandrau por el lado noereste, este y sureste, el vall de Coma de Vaca y por el lado oeste el Puigmal y toda su cara sur, pic del Segre, Finestrelles, Noufonts, Noucreus ya más hacia al norte y el cim de Coma del Clot justo en la línea norte. Una cima todo lo contrario a la muy llana y anodina del Puigmal. Fotos, más papeo, hacer el indio un rato (ya que íbamos sobrados de tiempo, habíamos subido los dos picos en menos de dos horas, tiempo casi récord) y luego iniciamos el descenso al coll de Torreneules, de allí ya no volvemos a subir el cim de la Coma del clot sinó que tiramos por el camino más claro hacia el falso collado donde habíamos iniciado el ascenso final del coma del clot (en la gráfica de la ruta es la línea marcada como azul) y de allí descendemos de forma más suave resiguiendo la loma, para luego terminar bajando algo más a piñón hacia el punto de confluencia de las lomas del Àliga y del coma del Clot y de allí al albergue.